La electroestimulación es una técnica muy utilizada en fitness y belleza. Consiste en el uso de un dispositivo que induce contracciones musculares con impulsos eléctricos, dando como resultado un efecto similar al que se obtiene al ejercitar los músculos.
Estéticamente, la electroestimulación se utiliza como tratamiento para adelgazar, aunque los resultados pueden cuestionarse si la aplicación de esta técnica no se acompaña de ejercicio físico.
Esta es una forma del llamado «ejercicio pasivo» que aumenta el tono muscular y mejora la relajación muscular al aumentar el volumen muscular, la fuerza y la resistencia.
Conceptos básicos
Pero cuando se trata de estimulación eléctrica, conviene tener unos conceptos muy claros. Esta técnica solo le permite usar un grupo de músculos a la vez, y para reducir las calorías, debe hacer ejercicios que involucren a muchos grupos de músculos.
Y es que la estimulación eléctrica trabaja más fibras de un mismo músculo que el ejercicio normal. Pero no actúa sobre tendones y articulaciones, por lo que es necesario combinar estos dos recursos.
Por tanto, por cada kilogramo de grasa que se pierde, se forma un kilogramo de músculo. A medida que se reduce la masa grasa, se reduce el volumen. Si a esto se le añade la siguiente dieta, el efecto será más pronunciado.
¿Cuándo no debe usarse la electroestimulación?
Por otro lado, el uso de la estimulación eléctrica tiene sus contraindicaciones:
personas con marcapasos, pacientes con epilepsia o su aplicación en la zona abdominal de mujeres embarazadas. Es importante tener en cuenta que las fibras pueden dañarse o encogerse si no se usan correctamente.